¿Te cuesta mantener la concentración, tienes tensión muscular, estás siempre preocupado y perdido en tus pensamientos? ¿Te sientes inseguro, angustiado, irritable? Puede que en ocasiones y aun gozando de buena salud, no acabes de encontrarte bien, sin encontrar una razón aparente que te ayude a entender lo que te ocurre.

Estos suelen ser síntomas de ansiedad.

 

¿Qué es la ansiedad?

La ANSIEDAD, es una sensación displacentera de mayor o menor intensidad que se experimenta cómo desazón, intranquilidad, agitación, insatisfacción, sentimiento de amenaza y angustia. Causada por preocupaciones sobre el FUTURO, la mayor parte de las veces infundadas. A niveles bajos y controlados se canaliza para producir, crear, emprender. Esto es el TONO VITAL (Ansiedad adaptativa).

A niveles altos, se torna paralizante para la persona. Incapacita para la reconciliación consigo mismo, y con los demás, impide disfrutar del momento, y empobrece la personalidad. Aunque la persona consiga reorientar su ansiedad hacia la consecución de logros externos, acumulación, actividad o éxito, interiormente no existe verdadero disfrute.

Si permanece en el tiempo puede convertirse en un trastorno denominado “Trastorno de Ansiedad Generalizada” (motivo número 1 de consultas en Atención Primaria) y relacionado con múltiples enfermedades, como la cardiopatía isquémica (causa principal de muerte a nivel mundial según la OMS).

Sentir ansiedad implica una percepción constante de amenaza en nuestras vidas. La ansiedad es, por tanto, la forma que encuentra nuestro organismo para comunicarnos y alertarnos de que algo no marcha bien, y decirnos que actuemos de inmediato para restablecer el equilibrio.

ansiedad

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Por qué desarrollamos ansiedad?

Lo primero que he de decirte es que esta reacción de ansiedad la llevamos incorporada en nuestros genes durante generaciones y generaciones. Nuestros antepasados podían salvar la vida gracias a que sentían miedo y corrían delante de las fieras. Y precisamente esta selección natural de la especie humana hace que nos hayamos convertido en humanos miedosos, ansiosos y con tendencia a estresarnos. En esas etapas de la humanidad nos era muy útil sentir miedo, pues asegurábamos nuestra supervivencia.

 

 

¿Pero ahora que pasa? La catarsis química que sucede ante nuestros miedos actuales es la misma que la de nuestros antepasados. Nos enfadamos, sudamos, el corazón va a 1000, nuestros músculos se tensan… ¿es que acaso vas a perder la vida?

En la mayoría de las ocasiones no perderemos la vida! Sin embargo nuestro organismo y nuestra mente se va debilitando ante estas situaciones de ansiedad imaginarias. Y cada vez nos sentimos peor y enfermamos…

 

Sí, ¿pero por que?

Esto nos ocurre básicamente por: 

- nuestra falta de atención y

- porque no sabemos estar con nuestras emociones difíciles.

Seguro que has podido comprobar que nuestra mente “va por libre”, tenemos más de 80.000 pensamientos diarios y la mayoría son negativos. No vivimos el presente, ni prestamos atención! Nos deslizamos constantemente hacia los problemas del pasado y hacia las preocupaciones infundadas del futuro.

Estos pensamientos negativos lo que hacen es prolongar en el tiempo las emociones difíciles!

ESTAS PERDIÉNDOTE LA VIDA!!!

¿Y cuando aparece la emoción? ¿Qué haces para no encontrartela? No nos gusta sentirnos mal, por lo que habitualmente ante una situación de enfado, rabia, tristeza o miedo nos dedicamos a hacer otras cosas, como comer, ver la tele... y así tapamos nuestras emociones, y al taparlas se hacen muy grandes!

Un leve enfado se puede convertir en una ira persistente, un simple miedo común, en una fobia o trastorno de ansiedad, una tristeza en una depresión…

Se acumulan emociones no atendidas ni gestionadas de forma correcta! Pero lo verdaderamente interesante es que el cuerpo nos manda señales.

Si ya has empezado a practicar mindfulness cada día serás más consciente de tus sensaciones corporales, de esas sensaciones que nos indican que nos sentimos mal o que nuestros pensamientos no son los adecuados.

 

¿Dónde reside la magia?

Pues aquí, en este punto: el hecho de aprender a sentir tus emociones en el cuerpo, es decir el hecho de parar y aceptar tus emociones, hace que se esfumen, las estás recibiendo para que se vayan, es algo así como dejarlas entrar en tu casa para que salgan por la puerta de atrás!

 

Y Mindfulness te enseña a ésto!

Todas las prácticas de mindfulness tienen el objetivo de desarrollar tu atención, y de aumentar tu consciencia corporal.

Sencillo: te enfadas, te das cuenta de que estás enfadado, paras y buscas la sensación en tu cuerpo, la vives y en pocos minutos tu enfado se habrá ido.

Lo mismo para el miedo, la tristeza, la inseguridad, los celos…

La meditación mindfulness te ayuda a conectar contigo mismo y a profundizar, te ayuda a conocerte bien, a ver las cosas de manera simple y con claridad.

Realmente puedes comenzar a vivir de otra manera, disfrutando de cada aspecto de tu vida, de tu presente.

 

Cómo combatir la ansiedad?

Te resumo algunas prácticas muy sencillas, pero verdaderamente eficaces, para gestionar tu ansiedad:

• Sal a caminar o practica algún deporte aeróbico, a los pocos minutos de iniciarlo tu organismo liberará endorfinas, que son los opioides endógenos que producen sensación de calma y bienestar.

Medita a diario: Sólo unos minutos de meditación mindfulness diaria, te ayudará con tus estados de ansiedad.

Cultiva la consciencia corporalSer consciente de nuestro cuerpo y las señales que manifiesta te ayudan a dejar ir las emociones que nos resultan tan incómodas.

Se amable contigo mismo: Esto no nos es fácil cuando sentimos que estamos en el fondo del pozo. La práctica de mindfulness te enseña mediante meditaciones metta o de amor bondadoso a quererte y cuidarte.

• Aprende a vivir en modo mindfulness día a día: Desarrollar la capacidad de estar en el momento presente en cada momento de tu día, te será de gran ayuda para superar la ansiedad. 

 

Aprende las herramientas necesarias para transformar los aspectos de tu vida que necesitas cambiar!

 

 

 

Tienes dudas: ESCRÍBEME a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

 

Un fuerte abrazo de Teresa Moroño

Bióloga molecular (UAM)

Curso Universitario de psicología clínica (UDIMA)

Profesora de Mindfulness-MBSR (Universidad Massachusetts y Brown)

Autora “niños atentos y felices con mindfulness”- Grijalbo